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LOS CAÑONES DE MAZATLÁN

Actualizado: 27 jul 2021

Luis Antonio Martínez Peña.




En la cumbre del cerro del Vigía se encuentra la Pérgola Ángela Peralta, cuya estructura en arco y vigas de concreto dan son la entrada a un mirador, en cuya explanada y sobre un pedestal descansa un viejo cañón diseñado y fundido el siglo XIX.

Desde el mirador y rumbo a al sur como en un lago de maqueta se contempla el muelle de lanchas de pesca deportiva un pedazo de mar acotado por sus escolleras rocosas, y luego se disfruta el Océano Pacífico en su infinita extensión azul. Se ve a plenitud el cerro del Crestón y en su cumbre el faro, una de nuestras presunciones locales de mayor altura en el mundo, sin que nadie aclare la verdad o mentira sobre este tema. En el mismo mirador y al poniente aparece el océano y los islotes rocosos conocidos como piedras blancas y el frente rocoso del paseo del Centenario y su glorieta del Corazón; al oriente el tajo de cerro de la Isla de Chivos, atrás la isla del Cardón y la Isla de la Piedra con su fina y larga línea de playa, resaltando el verde de ondulantes y esbeltos cocoteros.

El mirador del vigía se ha visitado desde siempre, ahí ha estado en forma rustica, desde que se unió el Cerro del Vigía con Olas Altas en 1828 con un terraplén para impedir el paso del mar al área del muelle en playa sur. El cerro perdió su carácter insular; y con esta unión del cerro del Vigía a un costado y bajo su resguardo a los azotes del temporal se instaló el edificio de la aduana y se construyó también un muelle de puntales, vigas y tablones. Por ese rumbo, pero dominando la entrada al muelles, también se instaló un cuartel militar que conocemos hasta hoy con el nombre de la Batería.

El Correo de la Tarde en su edición del 11 de septiembre 1893, en la sección “Dentro y fuera de la ciudad” se informa que de una embarcación de la Marina Nacional llamada “El Demócrata” se hicieron bajar tres piezas de artillería. El mayor fue instalado en el reducto o fuerte 31 de marzo y en la nota se menciona que pronto quedarán instalados los dos menores. (Hay quien asegura que fueron cuatro, pero nosotros nos atenemos a la existencia y sobrevivencia de tres y a lo dicho por tan confiable fuente periodística). Así unos cañones en mal estado finalmente terminaron por convertirse en atractivas piezas de ornato en los fortines y miradores de Mazatlán.

Se documenta que uno quedó en el fuerte 31 de Marzo; el otro en el fortín llamado la Batería y el tercero ocupó su sitio en el Mirador del Vigía. Los tres con las mismas características de construcción y origen. Los tres provenían de armerías inglesas, cómo la mayor parte de cañones de hierro que se dispararon en todas las guerras del mundo que del siglo XIX. Sin embargo, ninguno de estos tres parece que se hayan disparado por la Armada o el Ejército de México contra enemigos externos. Mucho menos que hayan sido disparados en contra de los franceses como luego se dice a la ligera por guías de turistas aficionados de la historia que abundan por estas playas. Lo cierto es que fueron adquiridos por el gobierno de México para la armada nacional y en el momento indicado fueron desechados y ahí están de adorno para siempre o hasta que pierdan su última batalla y sean tan sólo metal oxidado arrastrado por el viento.

El mirador del Vigía y el fortín de la Batería pasaron a formar parte del Paseo del Centenario en 1910. En el marco de las fiestas de celebración independiente se alimentó la intención de crear un bosque de la ciudad en el Cerro del Vigía, con miradores y jardines para el deleite de mazatlecos y visitantes y los cañones parte del atractivo.

En 1943 el Mirador es objeto de remodelación se construye la pérgola y se dota al cañón de una plataforma que lo eleva del suelo y da realce a su fortaleza de arma de combate. En la pared trasera de la plataforma que sostiene el cañón se encuentra una placa consignando la siguiente inscripción:

“Los mazatlecos siempre han defendido con gallardía las tierras de México este cañón es testigo del patriotismo de los habitantes del puerto. Trinchera de la libertad. Por ello la Junta Federal de Mejoras Materiales a iniciativa del C. Coronel Rodolfo T. Loaiza. Gobernador constitucional del Estado construyó esta pérgola como homenaje a las democracias del mundo. “

Así el gobernador Loaiza utilizó propagandísticamente la instalación del cañón en su plataforma y el hermosamiento del mirador con una pérgola aprovechando el mes de marzo, celebrando que las fuerzas armadas de México tuvieron combate victorioso contra la embarcación “La Cordeliere” evitando el desembarco de los franceses en playas mazatlecas en marzo de 1864.

La alusión a que ese cañón haya sido “testigo del patriotismo de los mazatlecos” no es otra cosa que propaganda y exaltación nacionalista en el marco de la Segunda Guerra Mundial y de una amenaza que eventualmente nos llegaría por mar como la francesa de 1864. En 1943 las democracias del mundo luchaban en la Segunda Guerra Mundial en contra de Alemania, Italia y Japón.

Nuestros cañones de ornato también tienen una historia técnica, misma que nos aportan los datos grabados en la cureña y en sus muñones de apoyo. Echando mano de la simple observación de la pieza estos datos nos dicen que el cañón de El Mirador fue construido en la Armería Vavasseur en Londres en el año de 1875. El cañón al igual que los otros dos fue producto de la inventiva de un capitán del ejército británico llamado Theophilus Alexander Blakely, quien introduce el rayado en el interior del cañón y utiliza tres tubos de hierro de distinto grosor, unidos internamente con anillos de acero, lo cual fue una revolución en la técnica de construcción armamentista.

Theophilus Alexander. Blakely vendió estos cañones a varios gobiernos de Latinoamérica y hay constancia de haberse utilizado en la defensa del Callao en Perú cuando los gobiernos de Ecuador, Perú, Chile y Bolivia enfrentaron una expedición de la marina española en 1866. También se documenta la presencia de cañones Blakely en el Ejército Confederado durante la guerra de secesión americana de 1861-1865.

La armería de Josiah Vavasseur en Londres fabricó cañones Blakely. El cañón que se encuentra en el Mirador consigna en su muñón de apoyo ser el número 830 con un peso de 83 CWT, equivalente a cuatro toneladas. Fue construido en 1875 y desechado para 1893 cuando fueron desembarcados del cañonero “El Demócrata” en el puerto de Mazatlán y destinados desde entonces al ornato de nuestros fortines y miradores.

Cañones de utilería, utilizados como elementos escenográficos de nuestro nacionalismo y a la exaltación de la fantasía popular.


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